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Likes, lujos y narcofama: así es como las redes sociales capitalizan la cultura del narco

Parte 4: cómo el estilo "buchón" y la vida de los narcotraficantes pasaron a ser aspiraciones

Influencers, corridos tumbados y ostentación digital: el narcotráfico se reinventa en Instagram y TikTok para seducir a una nueva generación

Autos de lujo, fajos de billetes, joyas, armas y corridos sonorizando escenas de excesos cotidianos. En las redes sociales, la estética ligada al narco no solo se muestra: se vende, se sigue, se viraliza. Lo que antes era símbolo de peligro o marginalidad hoy circula como tendencia aspiracional en TikTok, Instagram y YouTube, disfrazada de moda, lifestyle y entretenimiento.

Aunque el contenido no siempre menciona a cárteles de drogas o narcotraficantes, los códigos visuales y narrativos son inconfundibles. En la entrega anterior, MILENIO explicó cómo la llamada narco-estética ha impulsado la glorificación del la vida narco, contribuyendo a la normalizarla en ciertos públicos.

Ese mismo fenómeno dio pie a la popularización del término "buchón", que hoy abunda en Internet y en millones de hashtags. Pero, ¿cómo lograron las redes sociales apropiarse —y capitalizar— este fenómeno?

El algoritmo también viste: cómo funciona la viralidad del narcoestilo

No hace falta seguir perfiles que hacen alusión a algún capo, ni buscar directamente “buchonas” para que el estilo narco empiece a aparecer en los feeds de TikTok, Instagram o Facebook. Basta con interactuar con contenido relacionado con lujo, estética ostentosa, corridos tumbados o música regional para que el algoritmo haga lo suyo: recomendar cuentas, reels o videos donde la narcoestética se despliega en toda su intensidad.

Este fenómeno no es casual. Plataformas como TikTok y Reels de Instagram están diseñadas para maximizar el tiempo de visualización y premiar el contenido visualmente impactante

Así, los atuendos llamativos, autos deportivos, fajos de billetes, armas decoradas, fiestas privadas y mujeres con cirugías visibles son parte de un repertorio estético que el algoritmo interpreta como “atractivo”, viralizable, y por lo tanto, prioritario.

La cultura buchona | ESPECIAL
La cultura buchona | ESPECIAL

Por ejemplo, en TikTok, una de las redes sociales más usadas a nivel nacional, los hashtags "#buchones" y "#buchona" alcanzan las 48.9 mil y 191.2 mil publicaciones, respectivamente.

En el primero se encuentran videos de marcas de ropa que ofertan camisas de vestir al estilo "buchón", así como también grabaciones de hombres que se identifican con la etiqueta. La mayoría son acompañados con narcocorridos o corridos tumbados. 

La fórmula, según apunta el contenido, es el uso de camisas de vestir extravagantes, pantalones de mezclilla, cinturones con hebillas grandes, gorras grandes o sombreros tipo vaquero. Los accesorios, como cadenas largas, gafas de sol y relojes, no pueden faltar.

Lo mismo ocurre en los hashtags que incluyen la palabra "buchona", donde se encuentra contenido que recomienda como ser "una verdadera buchona" o las cosas que no pueden faltarle a una. En Google, el hashtag aparece con la siguiente descripción:

"Descubre el estilo de vida buchona. Inspírate en outfits y tips con tu buchona favorita. ¡Tu moda exclusiva está aquí!

La apropiación de la narco estética en influencers

Más allá del impacto visual, la cultura narco en redes sociales también mueve dinero. Cuentas que publican contenido relacionado con este universo —aunque no explícitamente criminal— generan ingresos por vistas, patrocinios, ventas de productos e incluso colaboraciones con marcas que coquetean con la estética de lo prohibido.

Influencers con millones de seguidores construyen una narrativa basada en el “lujo sin límites”, muchas veces sin mencionar de dónde proviene ese estilo de vida. Aunque no declaran pertenecer a organizaciones criminales, sus publicaciones —autos deportivos, relojes costosos, fiestas privadas— se insertan dentro del imaginario colectivo que asocia esos lujos con el dinero del narco.

Tal es el caso de Markitos Toys, influencer originario de Culiacán, Sinaloa, que actualmente posee 4.25 millones de suscriptores en YouTube 5.4 millones de seguidores en Instagram.

​"Este canal estará enfocado en mi vida personal, autos, motos, off road, amigos y viajes", se lee en la descripción de su canal de YouTube, abierto el 24 de junio de 2019.
La familia del influencer de Culiacán es vinculada a varios negocios
Markitos Toys, influencer vinculado a una facción del Cártel de Sinaloa. | ESPECIAL

El joven, de actualmente 26 años, era cuestionado constantemente sobre los orígenes de sus ingresos, pues sus videos solían evidenciar un estilo de vida acomodado para su edad.

Mostraba su día a día rodeado de autos deportivos; compartía salidas con amigos o familia a restaurantes, fiestas privadas y bares; organizó rifas de carros, dinero en efectivo y otros objetos de alto valor, entre otras cosas.

Aunque no se ha confirmado, Markitos Toys actualmente es señalado de tener nexos con el crimen organizado. Los rumores crecieron cuando aceptó su amistad con Néstor Isidro Pérez Salias, alias 'El Nini', jefe de seguridad de Los Chapitos —Cártel de Sinaloa— detenido en 2023.

Otros influencers señalados por seguir la estética buchona o promover un estilo de vida similar al de narcotraficantes, son:

  • Jenny69. Jennifer Ruiz, influencer de belleza que posee 1.8 millones de seguidores en Instagram. Suele compartir contenido en el que aparece con ropa entallada, autos lujosos y maquillaje glamuroso.
  • El pirata de Culiacán. Juan Luis Lagunas Rosales, 

    ganó notoriedad en plataformas como YouTube e Instagram por sus videos donde consumía grandes cantidades de alcohol y presumía un estilo de vida ostentoso, rodeado de autos de lujo, fajos de billetes y armas. Su actitud desenfadada y su frase característica “Así nomás quedó” resonaron con muchos jóvenes, consolidándolo como un ícono de la narcoestética en línea. Falleció en 2017, tras insultar al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), 'El Mencho'.

  • Ruben Ipiña. Influencer y creador de contenido mexicano, conocido por un estilo que cumple con las características de buchón.

¿Y las plataformas? El dilema de regular un contenido tan popular como problemático

Mientras las empresas tecnológicas buscan moderar discursos de odio, violencia explícita o desinformación política, el contenido que enaltece de forma indirecta a los narcotraficantes o sus símbolos suele pasar desapercibido. Al no violar abiertamente los términos de uso —pues muchas veces no muestra armas, ni apología directa del delito—, estos materiales quedan en una zona gris difícil de sancionar.

Videos breves, música viral, lujo extremo, frases provocadoras y protagonistas carismáticos generan interacciones masivas. Cuestionar o frenar ese contenido, desde una perspectiva corporativa, podría significar una caída en métricas clave como tiempo de permanencia, engagement y visualizaciones.

El otro factor es el riesgo reputacional. Las plataformas enfrentan una paradoja: si intervienen, se les acusa de censura; si no lo hacen, de complicidad. Mientras tanto, el narco sigue acumulando vistas, seguidores y likes, convertido no en un criminal, sino en un símbolo aspiracional, viral y rentable.

En la próxima entrega, MILENIO explicará la otra cara del fenómeno. Cómo el narcotráfico ha afectado a millones de familia y cómo las imágenes de los capos se han distorsionado.

RMV.

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Rubi Martinez
  • Rubi Martinez
  • Comunicóloga egresada de la UNAM. Editora digital de Táctico Milenio, escribo sobre narcotráfico y seguridad.
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